¿Con qué pagaremos amor tan inmenso
Que diste tu vida por el pecador?
En cambio, recibes la ofrenda humilde,
La ofrenda humilde, Señor Jesucristo,
De mi corazón;
La ofrenda humilde, Señor Jesucristo,
De mi corazón...
Y cuando la noche extiende su manto,
Mis ojos en llanto en ti fiaré...
Alzando los ojos veré las estrellas;
Yo sé que tras ellas, cual Padre amoroso,
Tú velas por mí.
Yo sé que tras ellas, cual Padre amoroso,
Tú velas por mí.
No puedo pagarte con oro ni plata,
El gran sacrificio que hiciste por mí;
No tengo qué darte por tanto amarme,
Recibe este canto mezclado con llanto,
Y mi corazón;
Recibe este canto mezclado con llanto,
Y mi corazón.
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